¿Tendremos un tercer pulgar gracias a la robótica?

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Una investigadora del University College London ha estudiado qué ocurre en el cerebro cuando el humano dispone de un tercer pulgar robótico.


El equipo entrenó a un grupo de personas para que usaran un pulgar robótico extra y descubrió que podía realizar tareas habilidosas, como construir una torre de bloques o hacer pompas de jabón, con una sola mano (la equipada con dos pulgares). El artículo publicado en la revista Science Robotics muestra que los participantes en el experimento sintieron cada vez más que ese tercer pulgar era parte de su cuerpo.

La diseñadora Dani Clode empezó a desarrollar el aparatado, denominado ‘Third Thumb’, como parte de un proyecto de graduación premiado en el Royal College of Art, con el propósito de repensar cómo miramos a las prótesis prostéticas: no se trataba de reemplazar una función perdida, sino de ampliar las posibilidades del cuerpo humano. El catedrático universitario Tamar Makin, del equipo de neurocientíficos de la UCL, le invitó entonces a investigar cómo se adaptaba el cerebro a esa ampliación del cuerpo.


Makin, principal autor del estudio, afirma: “la ampliación del cuerpo es un campo en crecimiento cuyo propósito es ampliar nuestras habilidades físicas, sin embargo, nos falta una comprensión clara de cómo se puede adaptar a eso nuestro cerebro. Al estudiar a la gente que usa el inteligente diseño de Dani Clode, ‘Third Thumb’, buscábamos respuestas a preguntas clave como si el cerebro humano puede tolerar una parte extra y cómo la tecnología puede impactar nuestro cerebro”.

Un tercer pulgar que requiere de un entrenamiento específico


Ese tercer pulgar está impreso en 3D, de modo que es fácil de customizar, y se lleva en el lado de la mano opuesto a nuestro pulgar natural, cerca del meñique. Quien lo lleva puede controlarlo con sensores de presión conectados con sus pies, en la parte inferior de los dedos gordos del pie. Conectado sin cables al ‘Third Thumb’, los sensores controlan varios movimientos al responder de manera inmediata a cambios sutiles de presión del portador.


Para el estudio, veinte participantes fueron estrenados para usar ‘Third Thumb’ durante cinco días, durante los cuales se les animada a llevárselo a casa tras el entrenamiento para que lo empleasen en su vida cotidiana, para un total de entre dos y seis horas al día. Esos participantes fueron comparados con un grupo adicional de diez participantes control que llevaban una versión estática de ‘Third Thumb’ mientras realizaban el mismo entrenamiento.

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