La nueva crisis de la RAM: qué está pasando y qué viene después
La memoria RAM vuelve a encarecerse en todo el mundo. El motivo no es un aumento repentino de la demanda de ordenadores o móviles, sino un cambio estructural en la industria: los fabricantes están desviando gran parte de su capacidad hacia la producción de HBM, la memoria de alto ancho de banda utilizada en la expansión de la inteligencia artificial generativa. Esta reorientación está tensionando la oferta global de DDR5 y LPDDR5X y elevando los precios de forma sostenida.
Un mercado dominado por Corea en plena transición hacia la IA
El suministro mundial de memoria depende casi por completo de tres compañías: Samsung, SK Hynix y Micron. Aunque Estados Unidos y Europa han impulsado iniciativas para reforzar su autonomía industrial, como el CHIPS and Science Act estadounidense o el Chips Act europeo, ninguna de estas nuevas fábricas producirá DRAM a escala antes de 2026–2028.
Mientras tanto, la industria vive un desplazamiento histórico: la memoria más rentable ya no es la DDR5 que llevan los ordenadores, sino la HBM3E que se integra en GPUs para centros de datos. Según varios análisis del sector, una pila de HBM puede generar hasta cien veces más margen que un módulo de memoria convencional. El resultado es directo: los fabricantes están dedicando más líneas de producción a HBM, lo que reduce la disponibilidad de memoria tradicional.
El ecosistema emprendedor también se ve afectado. Las empresas que trabajan con análisis de datos, modelos internos o servicios en la nube dependen de centros de datos que compiten por el mismo suministro de memoria avanzada, lo que incrementa los costes de infraestructura. En artículos relacionados como las claves tecnológicas para 2026 ya se anticipaba este cambio de prioridades en la cadena de suministro.
¿Por qué suben los precios de la RAM y cuánto durará?
La subida de costes es consecuencia de una combinación de factores: menor oferta de DDR5, demanda estable en consumo y un incremento acelerado de pedidos de HBM por parte de grandes tecnológicas. Empresas como NVIDIA, Google y Amazon Web Services están realizando compras multianuales para asegurarse el suministro de memoria de alto rendimiento, bloqueando capacidad productiva durante años.
El impacto es visible en los mercados mayoristas: los precios de la DDR5 han aumentado entre un 20 % y un 40 % en los últimos meses, según estimaciones de analistas del sector. Y las previsiones apuntan a que la tensión se mantendrá al menos hasta 2026, coincidiendo con la llegada de nuevas fábricas y la ampliación de capacidad global de HBM.
Este escenario se agrava por la concentración geográfica. Si bien Corea del Sur lidera la producción, Japón está incrementando su rol en la cadena de valor y Taiwán afronta retos geopolíticos que añaden incertidumbre. La ausencia de alternativas de fabricación en Europa deja al continente especialmente expuesto a las fluctuaciones del mercado internacional, como se explicaba en el análisis global para 2026.
¿Cómo afectará a empresas, fabricantes y usuarios?
La variación de precios no afecta solo al consumidor final. Las empresas que dependen de equipamiento informático también perciben el impacto. Los portátiles con 8 o 16 GB de RAM están experimentando incrementos de coste que se trasladan a los catálogos corporativos y a los dispositivos de gama media y alta. Equipos orientados a tareas de productividad o desarrollo empiezan a encarecerse.
En el sector móvil, la situación es similar. La memoria LPDDR5X se utiliza de forma masiva en smartphones Android, sobre todo en la gama media alta. Con menos disponibilidad y precios ascendentes, los fabricantes deben decidir entre asumir el coste o repercutirlo en el precio final. Para algunos modelos, esta presión coincide con ciclos de renovación estrechos que limitan su margen de maniobra.
Para los centros de datos, el problema se multiplica. La demanda de HBM no solo encarece las GPU, sino que también obliga a escalar infraestructuras con costes superiores a los previstos. Esto afecta a proveedores de servicios cloud y, en última instancia, a empresas que desarrollan productos basados en IA. En artículos como la crisis global de chips en 2025 ya se advertía sobre la presión que la IA ejerce sobre toda la cadena tecnológica.
¿Hay solución? Sí, pero no es inmediata
La solución pasa por aumentar la capacidad global de producción de memoria. Corea del Sur está ampliando instalaciones; Japón está atrayendo inversión extranjera; y Estados Unidos ha impulsado acuerdos para que Micron fabrique HBM en territorio nacional. Europa intenta incorporarse a la cadena con nuevos centros de fabricación, aunque sin un calendario claro para la producción de DRAM o HBM.
Aun así, los plazos industriales son largos. Una fábrica de memoria tarda entre dos y tres años en estar operativa desde su aprobación. En consecuencia, la presión sobre la RAM convencional continuará al menos hasta 2026. Hasta entonces, los precios seguirán influenciados por la demanda de IA y la falta de alternativas de suministro.
La situación no es permanente: cuando la capacidad de producción alcance el nivel requerido por la inteligencia artificial y las nuevas líneas entren en funcionamiento, la oferta de memoria debería normalizarse. Sin embargo, la industria parece haber entrado en una fase estructural donde la IA establece las prioridades de fabricación, y eso marcará la evolución de precios incluso a largo plazo.
Un mercado que se reorganiza alrededor de la inteligencia artificial
La crisis actual de la RAM es un ejemplo más de cómo la inteligencia artificial está redefiniendo la cadena tecnológica mundial. El negocio se ha desplazado hacia productos de mayor valor añadido y eso obliga a todo el ecosistema a adaptarse. Empresas y usuarios deberán convivir con precios más altos durante un tiempo, mientras el sector completa su transición hacia un modelo de producción más equilibrado.
Preguntas frecuentes
¿Por qué está subiendo el precio de la memoria RAM?
Los fabricantes están dedicando más líneas de producción a la memoria HBM utilizada en inteligencia artificial, que es mucho más rentable que la RAM convencional. Esta reorientación reduce la oferta de DDR5 y LPDDR5X y eleva los precios.
¿Cuánto tiempo durará la crisis de la RAM?
La tensión se mantendrá al menos hasta 2026. Las nuevas fábricas impulsadas por Estados Unidos, Europa y Japón tardarán varios años en entrar en funcionamiento y ampliar la capacidad de producción.
¿Cómo afectará a las empresas?
Aumentará el coste de los equipos informáticos y de las infraestructuras basadas en la nube. Las organizaciones que dependen de hardware para desarrollo, análisis de datos o servicios internos pueden ver incrementos sostenidos en sus presupuestos.
¿Qué impacto tendrá en los usuarios finales?
Los portátiles y smartphones podrían encarecerse de forma gradual debido a la subida del precio de la DDR5 y la LPDDR5X. Los fabricantes deben ajustar márgenes o trasladar el coste al consumidor.
¿Existe riesgo de desabastecimiento?
No se prevé una escasez total, pero sí una disponibilidad limitada en algunos segmentos de memoria, especialmente en gamas medias y profesionales, hasta que aumente la capacidad global de producción.
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