La calidad del aire: un factor determinante en la vuelta a la oficina

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Actiu está utilizado sus instalaciones en el Parque Tecnológico de Castalla (Alicante) su plataforma inteligente Gaia by Actiu® para sensorizar el entorno de trabajo y obtener datos de uso y de las condiciones ambientales.

Gaia by Actiu está operativa desde antes del verano y estos meses ha demostrado su eficiencia y el valor que aporta a los entornos de trabajo. Además, la plataforma da respuesta al modelo Evidence-Based-Design, un método que combina análisis cualitativo y cuantitativo y que permite definir la importancia de determinados espacios, hasta qué punto se utilizan y cuáles son las expectativas y necesidades de quienes los emplean.

“Gaia nos está permitiendo saber lo que pasa realmente a partir de información objetiva sobre múltiples parámetros. Sabemos qué sienten los espacios y cómo esto afecta a las personas. Un conocimiento que nos ayuda a tomar las decisiones oportunas para que siempre, independientemente de su uso, estos espacios sean saludables y favorezcan el bienestar preservando siempre el anonimato de quienes los usan”, ha declarado Soledat Berbegal, consejera y directora de reputación de marca de Actiu.

Calidad del aire en espacios interiores

Un ejemplo es lo ocurrido durante los episodios recientes de calima, un fenómeno meteorológico que se produce en la atmósfera y que se caracteriza por la presencia de partículas de polvo y arena en suspensión.

Durante esos días, el nivel de partículas PM 2.5 y PM 10 registrado por Gaia by Actiu aumentó de una media diaria de 0,56 μg/m3 hasta 6-7 μg/m3. Pese a estar aún por debajo de lo aconsejable que son 20 μg/m3, el incremento fue considerable en pocas horas.

Los datos recogidos en la sede de Actiu permitieron actuar con rapidez para garantizar la calidad del aire dentro de las instalaciones, activando los sistemas de ventilación para evitar que el nivel de estas partículas siguiera aumentando.

La recogida de datos sobre la calidad del aire en las últimas semanas también ha permitido identificar incrementos en los niveles de dióxido de carbono (CO2) en espacios cerrados como salas de reuniones, especialmente cuando el número de asistentes supera las cuatro personas.

La falta de ventilación de espacios cerrados puede ocasionar inconvenientes como cansancio, dolor de cabeza y la falta de atención. La información recogida por Gaia se ha traducido en Actiu en un protocolo nuevo de ventilación permanente en horario de oficina y de reducción del aforo de las salas a la mitad, para limitar la densidad humana de estos espacios.

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